jueves, 23 de septiembre de 2010

cambio de letra

El temor a las letras pequeñas en los contratos no se aplica a los acuerdos con el Estado, especialmente a las con­cesiones. No porque estén blindadas y libres de cual­quier- suspicacia, sino por­que cambiar las cláusulas incómodas no es imposible De un tiempo a esta par­te, son cada vez más recu­rrentes las modificaciones -vía adendas- realizadas en los contratos de conce­sión de infraestructura que firma el Estado. Algunas voces ya advierten que con estos agregados, el sector público y el país no siem­pre sale ganando.
Solo para dar un ejem­plo, el Organismo Supervisor de la Inversión en Infra­estructura de Transporte de Uso Público (Ositrán) ¡dio cuenta durante el año pasa­do de I a fi mi a de 11 adendas en 7 contratos : Situación que no es negativa por sí misma. Ex­plican los expertos, pero que sí I lama la atención.
Carlos Núñez, socio del es­tudio Pizarro, Botto& Esco­bar, considera que en tanto las concesiones son com­promisos a largo plazo, son susceptibles de ajustes. "Es un error decir a priori que son malas; en el Perú esta­mos aprendiendo en conce­siones y nuestros contratos no son perfectos", comenta.
Sin embargo, Guasch retruca que hay poco que aprender o descubrir des­pués de 20 años de aplica­ción del sistema de conce­siones en Latinoamérica. Además, dice, los postores de los' procesos realizados* en el Perú no pueden alegar desconocimiento, porque si se presentan a tales concur­sos, es porque tienen expe­riencia internacional.

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